Mirar y ver, Laura Wächter
Laura acaba de presentar su “Artbook”, el número seis de la colección de ARTBOOKs de Ominiky Ediciones. En él muestra algunos de sus bocetos, ilustraciones, y procesos de trabajo. Si algo caracteriza a esta artista es su incapacidad para dejar de producir. Constantemente entregada a su trabajo y a su estudio, una de las cosas que más nos gustan de ella es su ejemplo patente de cómo vida y arte van de la mano, evolucionando y comunicándose en total sincronía. Más allá de la belleza estética y el aroma surrealista de sus trabajos, puede verse una intimidad sin adornos, cargada de anhelos, inquietudes, desilusiones e ilusiones, muy cercana a la del corazón que observa.
“Solamente vemos aquello que miramos y mirar es un acto voluntario”. John Berger.
Quizá entonces ahí reside el gusto extraño al que me remitía al principio, puesto que lo que Laura Wächter nos muestra alude a la parte más vulnerable del ser humano.
Actualmente te encuentras a la búsqueda de una editorial para tu libro 342 días, obra que bebe de tu propia biografía y puede que una de las cosas más complejas a las que hayas hecho frente. ¿Cómo surge la necesidad de crearla, y qué es lo más difícil y lo más agradecido de haberlo hecho?
La necesidad surgió de la misma manera que con los trabajos con los que más me he volcado. Es una especie de urgencia de ver convertido en algo visual y palpable aquello que me inquieta o me resulta doloroso. En este caso ha sido catártico tanto para mí como para mi madre, que es la otra protagonista del libro. En ese acto de “sacar fuera”, se libera algo de peso de uno mismo. Lo más difícil fue abordar un proyecto de esas dimensiones por primera vez, y lo más agradecido ver cómo ha ayudado a cicatrizar algunas heridas familiares.
Sobre otros trabajos, ¿crees que existe un “sello” Wächter?
Desde mi perspectiva solamente puedo ofrecer una visión limitada porque, al fin y al cabo, estoy condicionada. Donde yo veo cosas muy diferentes, otras personas dicen que en lo que hago casi siempre hay algo identificable como mío. Cuando lo comentan suelen hacer referencia a las gamas de color y a la luz, que imagino que por el simple hecho de ser algo con mucho protagonismo en mi trabajo, ya marca ciertas tendencias estéticas. Creo que otras personas podrían contestar a esta pregunta con mucho más criterio que yo.
Pese a que eres completamente multidisciplinar en la técnica, a menudo has dicho que te sientes más cómoda con la digital, estando familiarizada con ella desde muy pequeña. ¿Crees que explorarás más a fondo las posibilidades de lo digital?
Es probable. No descarto trabajar en apps y videojuegos. Después de outofcontext me quedé con ganas de explorar más los animagraphs. Tengo algún proyecto a medias que quizás continúe.
En ocasiones muestras el proceso de tu trabajo ¿Qué crees que reporta esto al artista y al espectador?
Creo que siempre existe cierta curiosidad por cómo se hacen las cosas. A mí siempre me ha encantado curiosear el proceso de trabajo de otras personas, y me han surgido mil preguntas sobre los pasos que habrán seguido para llegar a la obra final. También creo que así se ayuda a desmitificar un poco el proceso creativo entre profesionales, y se lanza información técnica que puede servir a otros. Yo lo veo como un modo de compartir de forma desinteresada.
También has vivido fuera de España, honestamente, dónde prefieres vivir y crees que realmente afecta en algo?
Creo que depende mucho de dónde haya crecido uno y a lo que esté acostumbrado, pero habiendo crecido en Andalucía, para mí supone un cambio bastante importante moverme a países fríos y con poco sol. Noto mucho la influencia en el ánimo. Creo que los nórdicos también lo notan aunque estén acostumbrados, en cuanto sale el sol la calle se llena de gente con ganas de hacer cosas y relacionarse. Yo, personalmente, me quedo con los países con un ritmo de vida más relajado y en los que se pueda disfrutar de buena luz natural.
Tienes formación formal en arte, desde tu experiencia, ¿crees que hay que cambiar ciertas cosas en estas enseñanzas, cuáles y por qué?
Definitivamente. En mi humilde opinión, y sin ánimo de quitar importancia al aspecto técnico de la formación artística, creo que al centrar la docencia en la perfección formal, se deja demasiado de lado la función que cumple a nivel personal y psicológico. En la infancia se tiene ese impulso natural de utilizar el dibujo como modo de volcar el modo en que se procesa el mundo exterior, tanto a nivel cognitivo como emocional, ayudando a ordenar y visualizar nuestro interior. Por motivos varios ese impulso se pierde, y en la educación artística no se fomenta o facilita su recuperación tanto como creo que sería deseable, especialmente en las primeras etapas (primaria, secundaria y bachillerato). La técnica es un medio, como las palabras y la gramática. Lo formal puede ser un fin para algunos a los que lo plástico le resulte interesante en sí, igual que algunos escritores experimentan con los límites de las palabras. Pero a nadie se le ocurre que una persona memorice todo el diccionario antes de empezar a hablar. Creo que en el aprendizaje real no pueden separarse técnica y aplicación, y la técnica se aprende conforme se va necesitando, cuando se buscan formas de resolver los problemas que se nos presentan.
¿Qué es lo más bonito que te ha pasado desde que hiciste tu primer dibujo?
Sentirme comprendida cuando alguien conecta con lo que hago.
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